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Capítulo 1: ¿Qué son los PEH?


¿Por qué se evalúan las prácticas de higiene?
¿A quién está dirigido este manual?
¿Se trata de un manual sobre participación?


El manual de Procedimientos para la Evaluación de la Higiene (PEH) fue elaborado como un complemento de campo para Actions speak. the study of hygiene behaviour in water and sanitation projects (Los hechos hablan. el estudio del comportamiento de higiene en agua y saneamiento) (Boot y Cairncross, 1993), un libro de consulta dirigido principalmente a gerentes y responsables de la toma de decisiones. Sin embargo, el principal interés de los PEH es resolver las inquietudes prácticas del personal de campo de proyectos de abastecimiento de agua, saneamiento y educación en salud e higiene que desea diseñar y realizar su propia evaluación de prácticas de higiene.

Para desarrollar este manual se consultó al personal de varios proyectos de campo que trabajan en Africa Oriental (Kenia, Tanzania y áreas urbanas seleccionadas de Etiopía). Cada consulta incluyó un estudio de evaluación de higiene diseñado y conducido por el personal del proyecto con la coordinación, capacitación y apoyo de supervisión de investigadores con experiencia en antropología, desarrollo de comunidades y salud pública. Las apreciaciones prácticas derivadas de estos estudios reflejan las necesidades e inquietudes de los usuarios primarios. El borrador de los PEH fue probado en India y Afganistán antes de ser revisado y concluido por los expertos.

Los PEH dan mayor énfasis a la recopilación, revisión e interpretación de la información cualitativa. Siguiendo la línea de los manuales sobre el tema y los diseñados pare proporcionar apoyo técnico y metodológico a los trabajadores de salud (por ejemplo, Simpson-Herbert, 1983; Scrimshaw y Hurtado, 1987), el manual PEH se diseñó pare que los trabajadores, con poca o sin capacitación previa en ciencias sociales, adquieran habilidades de investigación cualitativa. Este manual no está destinado a investigadores cuantitativos que usan análisis estadísticos. La información cualitativa se recopila, analiza e interpreta de manera distinta a la cuantitativa, pero eso no descarta la posibilidad de que sean recopiladas y analizadas conjuntamente pare permitir una comprensión más complete de los temas en estudio.

La calidad de la información recolectada es importante pare la evaluación sistemática de las prácticas de higiene. Se han identificado varios problemas relacionados con la calidad de los datos basados en cuestionarios debido a las limitaciones que presentan como único instrumento pare la tome de datos, principalmente cuando se trata de información sociocultural (Gill, 1993 trace un análisis conciso). Sin embargo, la información cualitativa recopilada pare diseñar buenos cuestionarios sobre temas específicos puede mejorar su eficacia. Este manual se desarrolló con la finalidad de presentar una solución práctica a las limitaciones de usar un solo método o instrumento pare recolectar información, especialmente en los aspectos del comportamiento humano que no se prestan fácilmente a la medición cuantificable.

Al igual que las obras sobre evaluación de prácticas de higiene, los PEH buscan alternativas a las encuestas basadas en cuestionarios y proponen otras herramientas de sistematización de la información cualitativa. No desalentamos el uso de cuestionarios; muchos proyectos usan y seguirán usando encuestas basadas en cuestionarios pare tomar sus decisiones. Sin embargo, recomendamos el uso de información cualitativa confiable pare el diseño del cuestionario así como de otras herramientas pare complementarlo. La triangulación de las fuentes y métodos es la mejor manera de obtener información complete sobre los temas en estudio.

Para recalcar la orientación práctica se ha incluido:

• una variedad de métodos y herramientas entre las cuales puede elegir y hacer combinaciones;
• evaluación de métodos individuales y herramientas pare seleccionar la combinación más apropiada al estudio;
• ejemplos de experiencias de campo con inclusión de sus fallas y dificultades comunes pare dar a conocer las implicaciones de un estudio de evaluación de higiene.



¿Por qué se evalúan las prácticas de higiene?


Durante mucho tiempo, los planificadores de proyectos han apreciado la importancia de mejorar los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento. Al mejorarlos, se reduce la contaminación de agua potable y del ambiente, así como la transmisión de enfermedades diarreicas y parasitosis. Aún así, las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud y del Banco Mundial indican que aproximadamente tres millones de niños mueren cada año por infecciones intestinales y un tercio de la población mundial todavía está infectada por parásitos. La razón principal no es que se haya hecho una mínima inversión pare mejorar la tecnología de los servicios, sino que por lo general éstos son inapropiados, inaccesibles o inaceptables pare los usuarios previstos. Todo esto da lugar al desuso, uso limitado o uso inapropiado de las instalaciones sanitarias.

Por ejemplo, el uso de letrinas de fosa se promueve tanto en las regiones urbanas como en las rurales de muchas partes del mundo pare impedir que las excretes contaminen el ambiente. Sin embargo, el hecho de tener letrina no garantiza el aislamiento de la contaminación fecal. Incluso cuando se utilizan letrinas de fosa, la contaminación fecal puede ingresar al agua potable y a la comida y de ese modo a la boca o directamente de los dedos a la boca. Las distintas vías de transmisión, tales como dedos, moscas, suelo y agua, pueden requerir distintas barreras pare detener la propagación de la contaminación. Esto trace que la prevención de la diarrea e infecciones parasitarias sea compleja, tal como lo señala la figura 1.

Este diagrama, a menudo llamado diagrama F. muestra claramente las vías de transmisión mediante las cuales los agentes patógenos pueden salir de las excretes de una persona infectada a través de fluidos (principalmente agua potable), campos (suelo), dedos, y comida. Se indica algunas de las principales barreras primarias y secundarias de conducta. Como puede observar, existen al menos nueve barreras/servicios asociados con las prácticas de higiene. Naturalmente, el número 1 y 2, las letrinas de fosa y letrinas mejoradas de pozo ventilado (VIP), respectivamente, son barreras físicas importantes. Si se construyen y usan adecuadamente, se puede evitar la contaminación fecal de fuentes de agua, suelo y alimentos. Las demás barreras se relacionan con las prácticas de higiene, tales como la protección de fuentes de agua (4) independientemente de la existencia de letrinas; el lavado de manos después de la defecación, después de limpiar a los niños que han defecado, antes de manipular alimentos y antes de comer o dar de comer (5); protección de los alimentos mediante el almacenamiento seguro (6); manipulación adecuada (7); protección del agua durante el acarreo y en el hogar (8); lavado de los alimentos crudos antes de ingerirlos (9).

FIGURA 1 Rutas fecales y orales de la transmisión de enfermedades

¿Las prácticas de higiene representan realmente un cambio pare la salud? Las investigaciones muestran que las prácticas de higiene, tales como la disposición adecuada de excretes y el lavado de manos después del contacto con materia fecal pueden reducir considerablemente las tasas de infección intestinal. Considere las siguientes cifras:

El lavado de manos con jabón y agua puede reducir 35% o más de las enfermedades diarreicas. También puede ayudar a reducir la prevalencia de infecciones oculares, tales como la conjuntivitis y el tracoma.

La disposición adecuada de excretas sirve de barrera primaria pare prevenir que las excretes contaminen el ambiente. Se debe aislar principalmente las excretes de las personas con diarrea, quienes por lo general son niños pequeños. Las letrinas de fosa, cuando las usan los adultos y niños pequeños, pueden reducir 36% o más de las diarreas.

La protección del agua de la contaminación fecal también puede reducir la diarrea, pues algunas infecciones diarreicas son transmitidas por el agua. La calidad del agua en el hogar se mejora si se use una fuente protegida pare el agua de bebida; si se mantiene los vasos de agua limpios, cubiertos y fuera del alcance de los niños y animales domésticos; si se hierve el agua; o se coloca en envases plásticos transparentes y se expone al sol por varias horas. En el cave especial del gusano de Guinea, se puede filtrar con una tela de filtro pare obtener una protección complete. La mejor calidad del agua puede relacionarse con una reducción de hasta 20% de caves de diarrea. Sin embargo, el uso de una cantidad mayor de agua, resultado de un mejor acceso al agua, puede producir reducciones aún mayores.

Sin embargo, queda mucho por aprender sobre la relación entre los servicios mejorados de abastecimiento de agua y saneamiento, la promoción bien diseñada e implementada de salud/higiene, y la salud. Lo que está claro es que pare mantener una buena salud es necesario tener buenas prácticas de higiene.

¿A quién está dirigido este manual?


Este manual se desarrolló especialmente pare el personal de campo que trabaja en proyectos de abastecimiento de agua, saneamiento y educación en higiene. Están incluidos los ingenieros sanitarios, técnicos de salud pública, trabajadores comunitarios, educadores de salud, especialistas en comunicación, trabajadores de salud y otros involucrados en la salud pública, así como planificadores de proyectos, gerentes e instructores. Si se encuentra dentro de esta lista y quiere diseñar su propia evaluación de prácticas de higiene para su proyecto, este manual es para usted. También puede servir a estudiantes e investigadores de salud pública y a instituciones académicas interesadas en investigaciones interdisciplinarias sobre el comportamiento de la salud.

Las investigaciones sistemáticas exitosas rara vez son hechas por una sola persona o con una sola perspectiva. La capacidad y experiencia de los ingenieros, trabajadores de salud y de quienes apoyan el desarrollo de las comunidades son imponentes cuando se trata de investigar y analizar las actividades relacionadas con el abastecimiento de agua y saneamiento. En la evaluación necesitará la participación de colegas y de personas que conozcan y entiendan las normas sociales y culturales del lugar. Este manual contiene vanas herramientas para hacer que la participación de las personas locales en su evaluación sea eficaz. Por lo tanto, también está dirigida, indirectamente, a quienes serán evaluados en sus prácticas de higiene.

RECUADRO 1 Tres tipos de participación (Adaptado de Pretty, 1994)

Extractiva
Las personas participan respondiendo preguntas planteadas por los investigadores mediante cuestionarios o métodos similares. Los participantes no tienen la oportunidad de influir en el proceso ya que los resultados de la investigación no son compartidos ni verificados.

Consultiva
Las personas participan mediante consultas y sus opiniones son escuchadas por agentes externos. Estos agentes definen tanto problemas como soluciones y pueden modificarlos según las respuestas (este proceso no permite ninguna participación en la toma de decisiones y los profesionales no están obligados a adoptar los puntos de vista de los encuestados

Interactiva
Se analizan problemas en forma conjunta, lo que lleva a planes de acción y a la formación de nuevas instituciones locales o al fortalecimiento de las existentes. Por lo general incluye metodologías interdisciplinarias que buscan perspectivas múltiples y usan procesos de aprendizaje sistemáticos y estructurados. Estos grupos controlan las decisiones locales y de ese modo, las personas contribuyen a mantener las estructuras o las prácticas.


¿Se trata de un manual sobre participación?


Una de las interrogantes que surgió al desarrollar este manual fue si las personas ajenas al lugar (investigadores o personal del proyecto) debían realizar toda la investigación y el análisis de los estudios de evaluación de higiene sin incluir a las personas estudiadas . Ninguna evaluación de prácticas de higiene debe ser hecha solo por el personal del proyecto, más bien se deberá buscar la participación de las personas estudiadas. El problema es que el término participatorio se use ampliamente y tiene un significado distinto pare diferentes personas. Los investigadores que trabajan en agricultura, así como en abastecimiento de agua y saneamiento han identificado varios usos del término participación o participación comunitaria. White (1981) identificó diez tipos distintos de participación y Pretty (1994) siete. El recuadro I presenta tres tipos principales de participación.

Debe decidir cuál de estos tipos de participación se identifica mejor con el carácter distintivo y enfoque de su proyecto. La finalidad de este manual no es prescribir un enfoque participatorio específico, sino mostrar como la combinación de los métodos y herramientas de la investigación participatoria y convencional o no participatoria puede proporcionar información de buena calidad y por consiguiente, una mejor comprensión de los temas que se investigan.

En conclusión, cuán participatorio pretende que sea su estudio de evaluación de higiene dependerá en gran medida de su respuesta a las siguientes dos preguntas:

• ¿En qué medida participaron las personas de la localidad en la planificación, diseño y ejecución de su proyecto? Por ejemplo, si se protegieron las fuentes de agua y se instalaron letrinas en las cases, ¿en qué medida se incluyó a la población destinataria en las discusiones de los objetivos de su proyecto?, ¿en qué medida los planes de su proyecto han considerado las necesidades creencias y prioridades locales?

•¿Con qué mecanismos institucionales cuenta pare usar inmediatamente los resultados de su evaluación de higiene? Por ejemplo, ¿se previó las posibilidad de que las actividades de su proyecto cambien de dirección si así lo sugieren los resultados de la evaluación?, ¿quién sería el responsable de hacer efectivo cualquier cambio y cómo?




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