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III. Problemas del manejo de regiones aridas en America del Sur
En la Sesión IV, cuatro ponentes se refirieron al problema del manejo de las regiones áridas de América del Sur: Manuel Correia sobre el noreste del Brasil, Amaro Zavaleta sobre Perú, Rolando Braun, sobre el centro-oeste de la Argentina, y Juan Gastó, sobre Chile.
El Dr. Correia expresó que el uso de la tierra en la parte semiárida del noreste del Brasil hab;a consistido tradicionalmente en la combinación de pastoreo extensivo con cultivos de subsistencia en llanuras ribereñas, estacionalmente inundadas. A partir de 1930, la introducción de cultivos mecanizados bajo riego y el mejoramiento de los transportes y comunicaciones permitían el desarrollo de cultivos comerciales; bajo este sistema, los campesinos se volvieron medieros y los terratenientes les proporcionaban semillas, fertilizantes y plaquicidas además de encargarse de la venta de los productos.
La recurrencia de las sequías y el aumento natural de la población llevó a la intervención del Gobierno dirigida a controlar una excesiva emigración, a través de agencias para el control de las sequías, investigación agrícola, desarrollo, y otras. La agencia para el control de las sequías participó luego en la construcción de grandes represas. Estas iban acompañadas por la expropiación de terrenos agrícolas en la parte superior e inferior de la cuenca, comprendiendo extensiones de tierras que iban a ser inundadas por la represa y las que se destinarían a cultivos comerciales. De esta manera, en ambas áreas se desplazaba a campesinos que seguían prácticas tradicionales de agricultura de subsistencia.
Esta política, aunque aparentemente razonable del punto de vista técnico, tuvo graves consecuencias sociales. Los pequeños campesinos, por no tener generalmente títulos sobre la tierra que ocupaban tradicionalmente, no tuvieron derecho a recibir pago de compensación por la expropiación. No les quedaba otra opción que la de emigrar a los pueblos y ciudades donde se veían forzados a subsistir de labores ocasionales, mendicidad y prostitución. Los terrenos agrícolas que recibieron irrigación desde las represas recién construidas, fueron vendidos a precios demasiado elevados para los campesinos; los principales beneficiarios fueron grandes empresas, provenientes en su mayor parte del sudeste del país, que compraron grandes extensiones de tierras y recibieron ayuda de bancos gubernamentales y privados. El pequeño campesino, ahora despose;do de tierra, quedaba así obligado a trabajar por un salario. La única forma de agricultura campesina que aún queda en esta región está constituida por algunas cooperativas, como en Bebedouro y Petrolina, pero no han tenido suficiente apoyo y en consecuencia, tampoco mucho éxito.
Podría ser positivo para la UNU apoyar un proyecto de investigación en esta área que no sólo examinara los procesos de transformación de la agricultura tradicional en una agricultura moderna, sino también el problema de la participación campesina en el proceso de toma de decisión. Un programa de este tipo debería tratar de quedar estrechamente identificado con los problemas tales como se los percibe a nivel local, y lograr una cooperación de la población local que podría beneficiarse de sus resultados. La experiencia lograda por instituciones eclesiásticas que se han ocupado de estos problemas durante una serie de años, también ser;a provechosa.
Hasta aquí, la situación en la región estaba desarrollándose según los lineamientos del modelo económico adoptado por el Gobierno, bajo fuerte influencia de técnicos formados fuera del país, y de consejeros de paises con un mayor grado de desarrollo. Este modelo habia conducido hacia la enajenación de los campesinos y a la concentración del ingreso en algunas empresas de gran tamaño. Sin embargo, existía actualmente un considerable grado de descontento en relación a este modelo y era necesario proponer cambios como, por ejemplo, en relación al papel del Estado y la necesidad de un mayor énfasis en problemas regionales tales como la emigración en todos sus aspectos, incluyendo la resistencia a la emigración. También era necesario analizar el papel del economista y la exigencia de poner menos énfasis en un análisis puramente económico, y más en los resultados de los trabajos de los investigadores sociales. La planificación orientada hacia la economía había estado considerando soluciones a corto plazo cuando los problemas sociales y ecológicos requerían una planificación a largo plazo. Las soluciones deberían tomar en cuenta la integración de los sectores más pobres de la comunidad en el proceso de desarrollo y aprovechar los importantes niveles de conocimientos y capacidades que allí existían.
La discusión que siguió a esta ponencia se centró en los problemas planteados por el Dr. Correia; es decir, la migración en su contexto más amplio, la necesidad de incluir al sector más pobre de la comunidad en el proceso de planificación, considerando sus aspiraciones y prioridades tales como las percibe este sector, y el gran problema de las políticas del Gobierno en relación al desarrollo en gran escala. Se formuló la pregunta si algunos de estos problemas habían sido objeto de investigación por parte de las instituciones regionales y de qué manera. Por ejemplo, se había seguido un enfoque multidiscipl inario?
En su respuesta a estas preguntas, el Dr. Correia hizo ver que se habían llevado a cabo una serie de proyectos de investigación por parte de instituciones académicas y otras, apoyadas por agencias regionales tales como la Superintendencia do Desenvolvimento do Nordeste (SUDENE) y del Banco do Nordeste de Brasil, y de organismos nacionales tales como Petrobras. No obstante, a pesar de que estos proyectos abarcaban una parte de los problemas, él dudaba de que tuvieran una visión realista. Más bien eran representativos de los puntos de vista de la investigoción agrícola, separada del contexto social. El contacto con la población local hab;a sido casi nulo, aunque ciertas instituciones, tales como la Iglesia Católica y la Fundación Friedrich Ebert, hab;an tratado de incorporar a las comunidades locales. Un problema de dimensión mayor residía en la concentración del poder en las ciudades costeras de Brasil.
Al referirse a la situación en el Perú, el Dr. Zavaleta concentró la atención en los valles aluviales irrigados de las llanuras costeras, destacando en primer lugar las limitaciones del medio ambiente y en segundo, los problemas derivados del uso de los recursos por el hombre. Entre los temas tocados por Zavaleta estaban los siguientes:
- escasez de terrenos agrícolas irrigables, y los problemas de invasión urbana en estos terrenos, como en el caso de los alrededores de Lima;
- escasez de agua para riego en relación a la insuficiencia de los ríos costeros durante el invierno y la creciente demanda de agua para las áreas urbanas. Esto subrayaba la necesidad de lograr mejores métodos en la aplicoción de riego en relación a los requerimientos de los cultivos y las características de los suelos;
- subida del nivel freático y salinización de los suelos, en particular en los sectores más bajos de los valles aluviales, en ausencia de un drenaje adecuado y agravado por exceso de suministro de agua e insuficiente preparación de los terrenos;
- la acumulación de sustancias tóxicas en muchos tipos de suelo, y el contenido en boro, arsénico y otras sustancias en las aguas de riego;
- deterioro de la estructura del suelo y de la relación suelo-agua a causa de prácticas incorrectas de riego y cultivo;
- problemas de enfermedades de los cultivos, como por ejemplo en el caso de los cítricos.
El Dr. Zavaleta explicó que muchos de estos problemas se hab;an estado acumulando durante un largo per;odo de tiempo y que estaban también relacionados con aspectos de tenencia y manejo de las tierras que fueron afectados especialmente por la reforma agraria en la última década. Entre los temas de este tipo están:
- el impacto de los cambios en tenencia y manejo de la tierra sobre los sistemas de irrigación y en particular el fracaso de numerosas cooperativas, que reemplazaron las grandes empresas que existían anteriormente, en mantener programas adecuados de riego y mantenimiento;
- servicio de extensión agrícola y facilidades de crédito inadecuados para la introducción y manutención de innovaciones y de prácticas mejoradas de manejo;
- políticas de precios bajos para los productos agrícolas y sistemas poco satisfactorios de comercialización;
- el abandono de grandes extensiones de tierras en las regiones a mayor altura, acompañado de una excesiva emigración, debilitamiento de las comunidades rurales y el crecimiento desorganizado de las ciudades.
El Dr. Zavaleta hizo sólo algunas breves referencias a los problemas de los interfluvios-extremadamente áridos- que ten;an poco uso, aunque mencionó el problema del restablecimiento de la vegetación en el cinturón de las Lomas que recibe humedad de las garúas, las posibilidades de la fijación local de dunas con medios no biológicos, as; como las de establecer cultivos allí; donde se podía disponer de riego.
El Dr. Braun indicó que las zonas áridas y semiáridas de Argentina representaban respectivamente el 60 y 15% de los 2,8 millones de km2 del territorio nacional, pero que se encontraban ocupados por sólo el 15% de la población total de 28 millones de habitantes. existían importantes diferencias en tipos de uso de la tierra y de tenencia aunque los contrastes socioeconómicos dentro de las comunidades rurales aparecían menos marcados que en otros paises latinoamericanos.
Tanto en la región del Chaco como en la Patagonia, el agua constituía el principal factor limitante para el desarrollo; en la primera, debido a las deficiencias en el manejo del sistema fluvial y en el desarrollo de posibilidades para la irrigación basadas en las aguas superficiales, y en la segunda, debido a la profundidad del nivel freático. Otro problema general era la erosión de los suelos, especialmente en las cuencas torrenciales de recepción en las vertientes andinas y el piedemonte donde existía una combinación entre pendientes fuertes y excesivo desmonte. Existía una falta de visión conservativa de los recursos en el apoyo para el desarrollo regional de parte del Gobierno y los bancos, y no se había dispuesto de financiamiento adecuado para medidas de manejo remediales tales como la construcción de terrazas a nivel. Se había prestado escasa atención a la reforestación de estas áreas. La vegetación natural habla sido severamente afectada por un desmonte de tipo general en vez de selectivo y también por roces a fuego sin control y el corte de árboles y arbustos para leña, tanto para las necesidades locales como para su exportación.
El sobrepastoreo era fenómeno común en la región semiárida, donde existía una insuficiencia de cercos y poca atención a prácticas de manejo de los recursos de forraje, destinadas, por ejemplo, a proveer una reserva en los inevitables años de sequía. Como consecuencia se observaba la desaparición de arbustos perennes útiles, acompañado localmente por la invasión de especies de escaso valor, el deterioro y erosión del suelo y una disminución marcada de la capacidad de carga. En las tierras altas dominaba la transhumancia de caprinos que había conducido a un alto grado de remoción de la vegetación a lo largo de las rutas migratorias seguidas tradicionalmente durante largos perlodos de tiempo; se observaba sobrepastoreo y erosión acelerada, en particular en tierras del Estado. La manutención de las aguadas era en general inadecuada.
La fauna nativa no era considerada generalmente como recurso y la introducción de especies exóticas para la caza deportiva hab;a tenido como resultado cambios adversos para ella.
Todos estos problemas se debían en general a la falta de una comprensión adecuada del ambiente físico y biológico, a consecuencia de la cual se hab;a observado una carencia de manejo adecuado. A esto había que sumar otros factores sociales y culturales tales como la presión demográfica, pobreza y falta de educación, que hab;an entrabado la disponibilidad de servicios de formación y extensión.
En la discusión de estos puntos se señaló que muchos paises semiáridos, incluyendo a Argentina, eran importantes regiones productoras de alimentos y que seria quizás necesario volver a examinar el papel de la producción de alimentos con relación al manejo de los recursos de la zona semiárida. Otro problema de envergadura se refería al ingreso a la zana de ganado proveniente de áreas con mayor cantidad de precipitaciones. Este tipo de problema debía ser enfrentado con estubios multidisciplinarios.
El Dr. Braun contestó que una serie de instituciones realizaban investigaciones acerca de los problemas de las regiones áridas de Argentina; IADIZA, la Comisión Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnicas (CONICET) desde su estación en Puerto Madryn en el noreste de la Patagonia, y varias universidades. Entre los problemas que habían sido objeto de investinación se encontraban las bases ecológicas del mejoramiento de pastizales, y la estabilización de dunas en áreas de arenas móviles. Se habían hecho algunos estudios sobre la transhumancia, pero hay acuerdo de que existe allí un campo para futuras investigaciones integradas, sobre una base multidisciplinaria.
El Dr. Gastó comenzó su relación de las tierras áridas de Chile, dando una breve reseña de los principales tipos regionales de ambientes físicos y sus limitaciones. En seguida pasó a resumir los principales problemas para el manejo y terminó pasando revista a las soluciones tradicionales, junto con las alternativas que estaban surgiendo a partir de estudios recientes.
Hizo presente que el área total de tierras áridas en Chile alcanzaba a unos 30 millones de hectáreas, que comprend ian los siguientes tipos de ambiente natural:
- las altas estepas cordilleranas, que consisten principalmente en un matorral estepario de baja productividad que se utiliza para el pastoreo de camélidos; incluyen no obstante unas 10,000 has de praderas salinas de altura, de considerable valor económico;
- los interfluvios ubicados en el desierto de Atacama, que prácticamente no reciben lluvia alguna y que son improductivos. Entre éstos se encuentra la Pampa del Tamarugal en el norte, que tiene valiosas reservas de aguas subterráneas (4 metros cúbicos por segundo) prácticamente sin utilizar, y otras extensiones de salares y el desierto costero, con nublados abundantes;
- las terrazas litorales que tenían suelos de buena calidad y cuyo sector meridional recibía suficiente precipitación para un uso productivo de la tierra;
- las serranías o vertientes andinas de fuerte pendiente, donde crecían cactáceas bajo escasas precipitaciones (15-100 mm por año); estaban expuestos a una erosión extremadamente severa y eran improductivas;
- la Cordillera de la Costa, donde existían buenas tierras de pastoreo en el sector meridional en el invierno y que eran susceptibles de mejoramiento. Los problemas allí' existentes incluían un alto contenido en sulfuro y bajos porcentajes de fósforo y nitrógeno en los suelos;
- las planicies y mesetas de los Andes patagónicos. aquí; existen valiosos pastizales pero que no se utilizan mayormente;
- los valles transversales del desierto costero, que eran las áreas productivas más importantes bajo riego, pero donde existía mucho desperdicio de agua.
El Dr. Gastó se refirió a algunas posibles soluciones a estos problemas as; como a sus posibles efectos negativos en algunos casos:
- extensión de la irrigación. El agua es un factor limitante; sin embargo podría utilizarse más eficientemente que en el presente;
- la inseminación de nubes para producir lluvia artificial no tiene posibilidades por ausencia de nubes de tipo apropiado;
- un mejor manejo de micro-cuencas es posible en el sector meridional extremo, pero tiene limitada eficacia en áreas de lluvias de invierno;
- el ajuste del tipo de uso de la tierra a los modos de crecimiento y potencial de la vegetación existente, y su transformación para incrementar la productividad a través de un mejor manejo, aparece como la opción más aceptable para los pastizales;
- la substitución de la vegetación natural sería demasiado cara en relación a los posibles rendimientos, especial mente en áreas con precipitaciones inferiores a los 300 mm, donde se ha visto a partir de experimentos que sería un método menos efectivo que la utilización de la sucesión de plantas existentes;
- existen posibilidades para un aumento en la aplicación de fertilizantes en las áreas bajo riego y aquellas con más de 300 mm de precipitación; allí se ha podido comprobar una respuesta favorable al suplemento de nitrógeno y fósforo;
- la conservación del forraje, incluyendo el transporte de excedentes desde áreas más húmedas a las más secas y el almacenamiento para los años malos;
- mejoramiento de la raza animal mediante métodos de crianza; posiblemente sin cambios en las especies que se crían actualmente, y poniendo énfasis en las áreas más secas en la crianza de razas apropiadas para las condiciones climáticas y relativamente libres de enfermedades;
- ajuste de la carga animal a la capacidad de carga comprobada de los pastizales; juste de la estación de pastoreo y de la intensidad de uso como defensa contra la invasión por matorral leñoso;
- reforestación de áreas donde hubo desmonte;
- sistemas mejorados de rotación de cultivos, especialmente en reglones de clima de tipo mediterráneo;
- extensión en el uso de prácticas de conservación de los suelos.
Al considerar de qué manera podrían implementarse estas transformaciones, el Dr. Gastó indicó algunas preguntas básicas que debían encontrar respuesta, como, por ejemplo:
¿Qué? | El suelo y la vegetación nativa. |
¿Dónde? | En las regiones más favorables, es decir en la zona sub-húmeda y en sectores irrigables. |
¿Cómo? | A través de la transformación gradual de la vegetación existente, lo que podría lograrse mediante el empleo de tecnología intermedia, sin empleo de maquinaria pesada. |
¿Cúando? | Esto dependerá de las prioridades en la inversión. |
La respuesta a la pregunta: "¿Quién va a pagar?" podría estar en las respuestas a otras preguntas, tales como:" ¿Quién tiene el dinero","¿Quién va a estar participando?" y "¿Quién se va a beneficiar?".
El Dr. Schneider comentó que la solución finalmente escogida deberá también depender de diversos factores sociales y económicos, tales como tenencia de la tierra y accesibilidad a los servicios. Era necesario trabajar dentro del marco social existente, tratando quizás de ofrecer alternativas a la comunidad local. Por esta razón, diferentes áreas dentro del mismo marco de medio ambiente podrían necesitar diferentes tratamientos. En general, las transformaciones propuestas tendrían considerables efectos de cambio social y económico, para lo cual se requeriria la ayuda externa.