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RESULTADOS

Las intervenciones alimentarias nutricionales en la región de América Latina Y el Caribe se han realizado de acuerdo con una estrategia explícita o implícita en la mayoría de los planes de salud de los gobiernos desde hace Ya varias décadas. Es importante señalar que prácticamente todos los países de la región han desarrollado algún tipo de intervención alimentaria en favor del sector de bajos ingresos, Ya sea a nivel nacional, regional o local, cuyo objetivo es contribuir a la solución de problemas alimentario-nutricionales de grupos específicos de población denominados habitualmente como poblaciones objetivo.

El número total de programas detectados en el periodo 19701984 fue de 137 y de ellos, 124 correspondieron a programas de suplementación alimentaria nutricional (91 %) Y 11 fueron de subsidio a precios de alimentos (8 %). En dos programas no fue posible clasificar el tipo de intervención (1 %). La modalidad de programas de subsidio a precios de alimentos se ha dado en pocos países de América Latina; esos programas se han llevado a cabo principalmente en Brasil, Colombia y México, donde la experiencia ha estado relacionada con el desarrollo económico y social de grupos de bajos ingresos. (Ver cuadro N° 1).

Las intervenciones alimentarias nutricionales en la región han estado dirigidas principalmente al grupo materno infantil (58,8%); atención al desnutrido, que puede ser considerado como una modalidad especifica del programa materno-infantil, de acción netamente curativa (11,0 %) a escolares (20,6 % ) y a familias pobres (9,0 % ). Estos últimos programas son de aparición más reciente en la región y han sido desarrollados principalmente en Brasil, Colombia y México, con la finalidad de aliviar la situación alimentaria nutricional de los sectores de menores ingresos en las áreas rurales y sub-urbanas. (Ver cuadro N 2).

CUADRO N° 3. América Latina: cobertura de programas de intervención alimentariaa Y su relación con la población pobre total del país en 1980 (miles de personas)

País Número de
programas
b
Número total
de población
beneficiaria
Numero total
de población
pobre
% cobertura de
los programas
Argentina 2 85,0 2.100,0 4,0
Brasil 7 25.247,0 53.200,0 47,5
Colombia 10 1.923,8 11.200,0 17,2
Costa Rica 5 652,7 500,0 130,5
Chile 12 2.689,2 1.800,0 149,4
Honduras 7 520,0 2.500,0 20,8
México 10 7.816,2 20.600,0 37,9
Panamá 4 217,0 700,0 31,0
Perú 7 1.837,4 9.000,0 20,4
Venezuela 3 1.722,5 3.900,0 44,2
Total en 10 países 63 42.710,9 105.500,0 40,5
Total América Latina   130.000,0 100,0

a. Incluye programa a embarazadas, madres nodrizas, lactantes, preescolares, escolares, desnutridos y familias pobres.
b. El número de programas y beneficiarios detectados en este estudio es probablemente inferior al existente realmente, debido a lo difícil de obtener este tipo de información.

Con respecto a la duración de los programas en la región, se puede observar que la mayoría de ellos continúa en vigencia. En ocho países seleccionados de América del Sur, se pudo observar que el 64,7% de los programas alimentario —nutricionales desarrollados tienen una vigencia no delimitada en el tiempo, hecho que les estarte dando continuidad y estabilidad ante las contingencias políticas de cada país, porque muchos de ellos son considerados como un derecho social imprescindible para los grupos vulnerables beneficiados. Tal es el caso del Programa Nacional de Alimentación Complementaria de Chile, cuya experiencia data de 1937. (Ver cuadro N°2).

La revisión Y el análisis de los objetivos que se fijan los propios programas planificados por los gobiernos muestra que todos ellos buscan implícitamente mejorar la calidad de vida de las poblaciones objetivos, en especial de los sectores más pobres.

Las cifras de CEPAL muestran que en 1981 vivían en América Latina más de 130 millones de pobres [1]; 130 millones de personas que deberían estar protegidas por algún tipo de intervención alimentaria que les permitiera asegurar una ingesta acorde con sus requerimientos nutricionales mínimos. Para el año 2000, se predice un incremento en el número de pobres latinoamericanos del orden del 15,4% al 30,1%, según sea el crecimiento económico de la región. Con la información encontrada acerca de los beneficiarios de los programas, se estableció la relación entre la población pobre perteneciente a 10 países de la región Y el número total de población beneficiaria. Con base en los datos presentados, se puede observar que Costa Rica Y Chile tienen programas con alto porcentaje de cobertura Y que abarca a un número mayor de población con pobreza absoluta. Contrasta con esta situación la de Colombia, Honduras y Perú cuyos programas no alcanzan a cubrir al 22% de su población más pobre. (Ver cuadro N° 3).

Las fuentes de financiamiento de los programas desarrollados en América Latina se hallan en los gobiernos y las agencias internacionales como PMA, AID, OFASA, CARITAS entre otras. De los 137 programas estudiados, sólo el 21,9% de ellos es financiado totalmente por el gobierno, mientras el resto tiene financiamiento mixto o externo. (Ver cuadro N 4).

CUADRO N ° 4. Programas alimentario-nutricionales en América Latina y el Caribe, según origen de su financiamiento (1970-1984)

Origen Número %
Una sola fuente 37 27,0
Gobierno 30 21,9
Agencia internacional 4 2,9
Organismo privado 2 1,5
Comunidad 1 0,7
Dos o más fuentes 92 67,2
Gobierno más agencia internacional 45 32,9
Gobierno más atrasa 34 24,8
Agencia internacional más otras 5 3,7
Otras 8 5,8
Sin información 8 5,8
Total 137 100,0

a. Los otros organismos incluidos son agencias internacionales, iglesias, instituciones privadas, y la comunidad, entre los principales.

Los costos por beneficiario de los programas alimentarios en la región dependen básicamente de cuatro variables identificadas en este estudio que son:

1. Cobertura del programa. Se observó, en general, una economía de escala en los programas; a mayor cobertura le corresponde un menor costo. (Ver cuadro N° 5).

2. Cantidad y calidad de los alimentos distribuidos. Es sin duda la variable más influyente en el costo de los programas, dado que existen programas que entregan menos del 10% de los requerimientos nutricionales para el grupo etario objetivo. En cambio otros proporcionan la totalidad.

3. Lugar de consumo de los alimentos. Se encontró que los programas que distribuyen los alimentos para su consumo en el centro de reparto son los de más alto costo. Le siguen los alimentos entregados para ser consumidos en el hogar. Los de menor costo son los repartidos en locales escolares.

4. Gastos administrativos. Esta es una de las variables más dispersas en los costos totales de los programas, puesto que existen programas que reportan un costo administrativo no mayor del 10% y otros que sobrepasan el 50%.

Existen suficientes antecedentes que muestran que los grupos pobres tienen un consumo más elevado que los grupos de mayores ingresos de alimentos calóricos que proteicas, y que las necesidades de calorías y proteínas son cubiertas principalmente por cereales (trigo, arroz o maíz, según el país), raíces, tubérculos y algunas leguminosas. Por ello es importante señalar que el alimento de mayor uso en los programas de intervención alimentaria en América Latina es la leche, tanto entera como descremada (55,9% de los programas utilizan leche). (Ver cuadro N° 6).

CUADRO N° 5. América Latina: Número de programas y costo anual por beneficiario en dólaresa según número de beneficiarios de los programasb y según lugar de consumo del alimento (1970-1984)

Número de
beneficiarios
Lugar de consumo
Casa Centro Escuela Total
N ° Costo N ° Costo N ° Costo N ° Costo
Menos de 50 mil 18 49,2 8 93,5 3 54,4 29 58,1
50 a 99 mil 7 52,5 3 57,2 2 28,4 12 48,6
100 a 499 mil 14 51,8 1 24,9 3 14,5 18 41,6
500 mil o más 4 20,6 1 21,5 6 7,7 11 11,6
Total 43 28,4 13 32,4 14, 8,3 70 15,7

a. En dólares del año de información para cada programa.
b. Sólo para 70 programas que aportaron la información de costo total y numero de beneficiarios.

CONCLUSIONES

De los aspectos presentados y de otros derivados del mismo estudio se puede concluir lo siguiente:

1. Los objetivos básicos que han impulsado a los gobiernos

CUADRO N ° 6. Alimentos utilizados en los 137 programas alimentario-nutricionales estudiados en América Latina y el Caribe entre 1970 y 1984 a desarrollar intervenciones alimentarias nutricionales en la región son: mejorar el estado nutricional de la población objetivo; incrementar la cobertura de salud; y mejorar la asistencia y rendimiento escolar, entre otros.

Alimentos Número de
programas
%a
Mezclas proteicas 58 42,3
Leche descremada 43 31,1
Aceite 37 27,0
Leche entera 34 24,8
Trigo o harina de trigo 31 22,6
Alimentos locales 28 20,4
Arroz 21 15,3
Frijoles 15 10,9
Maíz 14 10,2
Azúcar 13 9,5
Pescado 11 8,0
Carnes 9 6,6
Soya 9 6,6
Margarina 8 5,8
Bulgur 5 3,6
Queso 4 2,9
Huevos 1
Pollos 1
Harina de mandioca 1
Papas 1
Fruta seca 1
S/l 19 13,9

a. Procentaje sobre 137 programas.

2. Los preescolares son el grupo más atendido por los programas alimentarios (45,3% de los 137 programas) seguido por las embarazadas (39,4%). Los programas para atención a escolares son más escasos (24,8%). Sin embargo, en cuanto al número de beneficiarios, son seis veces más numerosos que los antes mencionados.

3. Se puede apreciar, en general, una economía de escala en el costo por beneficiario de los programas, dentro de un mismo grupo objetivo. Entre grupos diferentes, son los escolares los de más bajo costo y los que muestran una mayor variabilidad entre programas y entre países

4. Los alimentos más distribuidos en los programas son las mezclas proteicas, la leche descremada o entera, los aceites comestibles y el trigo, que provienen en una alta proporción del exterior.

5. La responsabilidad en el financiamiento de los programas alimentarios es en una alta proporción de los gobiernos latinoamericanos (84,5%). Las agencias internacionales desempeñan una importante ayuda a este financiamiento, al participar en un 41,9% de los programas implementados.

6. No obstante que la pobreza es la causa fundamental de la desnutrición, el paliativo que significan los programas de intervención alimentaria en América Latina es insuficiente, tanto en cobertura como en el aporte nutricional entregado.

7. Llama la atención la escasa frecuencia de evaluaciones sobre el impacto nutricional de estos programas en los beneficiarios. Se hace necesario desarrollar metodologías de evaluación desde el momento de planificación de los programas y asignar los recursos necesarios para tales actividades.

BIBLIOGRAFIA

1. World Food Programme, Progress Report no. 168 (Rome, 1984) .

2. A. Carvalho da Silva, "A Summary of Programs Related to Food and Nutrition in Brazil," Annex 2 of World Bank, Brazil: Nutrition Sector Review (Population, Health and Nutrition Department, World Bank, 1983).

3. J. Austin, Annotated Directory of Nutrition Programs in Developing Countries (Harvard Institute for International Development, Cambridge, Mass., 1978).

4. R. Chateauneuf, F. Espinosa, P. Cordero y A. Barrientos, Estudio de pobreza urbana y rural en América Latina (INTA/ CEPAL, Santiago, Chile, 1983).

5. G. Beaton y H, Ghassemi, "Supplementary Feeding Programs for Young Children in Developing Countries," A.J.C.N., 35: 864-916 (1982).

6. INCAP, Informe sobre programas de suplementación alimentaria y de emergencia en Centro América y Panamá (Guatemala, 1984).

7. INCAP, Aporte de los censos de talla de escolares a los sistemas de vigilancia alimentario nutricional (Guatemala, 1984).

8. UNICEF, Resumen de programas del UNICEF en la región de las Américas, 1965-1983 (Santiago, Chile, 1984).

9. UNICEF, La situación de la infancia en América Latina y el Caribe (Santiago, Chile, 1979).

10. C. Parillón, E, Karp V L. Toledo, Un análisis de la situación alimentaria nutricional en el Perú (Sigma One Corporation, Raleigh, N.C., 1983).

11. United Nations, World Statistics, 8th ed. (New York, 1983).

12. Banco Internacional de Desarrollo (BID), Progreso económico y social en América Latina (Washington, D.C., 1983/1984) .

13. P. Musgrove, "Programas destinados a mejorar el consumo alimentario de familias pobres en el Brasil: Evaluación parcial del PROAB, PNS y PCA," en Informe Final Convenio OPS/INTA 24110/1983 (Santiago, Chile, 1985).


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