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3. El Niño y la Variabilidad Climática :

 

3.1. Teleconexiones

 

El Niño trae consigo alteraciones en el patrón de la circulación general de la atmósfera en el Sudeste de Sudamérica, región comprendida por el centro y norte de la Argentina, Sur del Brasil, Paraguay y Uruguay. Esta región se ve alterada con respecto a los vientos y con ello los flujos de calor y vapor de agua, produciendo fenómenos asociados a esta circulación atmosférica anómala. This is a repeated condition during El Niño events, probably indicating the influence of the Pacific South America teleconnection pattern. Disturbances are generated by Rossby waves that have been forced by the deep atmospheric convection over the Central and Eastern Pacific Ocean.

 

En general, en el Paraguay las anomalías positivas de las lluvias atribuidas a El Niño ocurren entre mediados de la primavera y mediados del otoño, pasando por un verano húmedo (Octubre a Mayo), especialmente en la región Oriental y en el bajo Chaco, estas condiciones atmosféricas causan inundaciones importantes en las cuencas de los ríos Paraguay y Paraná, afectando ciudades ribereñas como Bahía Negra, Concepción, Asunción, Alberdi, Pilar y Encarnación. La temperatura del aire también se modifica sustancialmente, elevándose bastante en el invierno como consecuencia de la elevada humedad del aire y de la presión anormalmente baja.

 

3.2. Anomalías meteorológicas históricas

 

En general, todos los desastres naturales que afectan al Paraguay están relacionados con el clima, pues, por su posición geográfica, no se conocen otros fenómenos naturales como terremotos, maremotos, tsunamis, deslizamiento, volcanes, etc. El clima presenta variabilidades frecuentes debido a la zona geográfica donde se encuentra el Paraguay, siendo los extremos climáticos los que producen fenómenos naturales que tienen la magnitud de desastres naturales.

 

1877-78, Inundaciones extraordinarias

1905, Inundaciones

1916-17, Heladas extraordinarias

1926, Tornado de Encarnación

1975, Heladas

1982-83 inundaciones, tormentas

1984, Sequía

1985, Heladas

1988, Inundaciones

1994, Inundaciones

1995, Sequía

1996, Inundaciones regionales

1997-98, Inundaciones, tormentas

1999-00 Sequías, incendios forestales

(Listado incompleto)

 

3.2.1. Inundaciones y sequías

 

El aumento de las precipitaciones en algunas estaciones del año y en diferentes regiones de la cuenca alta del Río de la Plata trae consigo el aumento de las aguas en los cauces hídricos, tanto en la cuenca del Río Paraná como en la cuenca del Río Paraguay, aumentando considerablemente los caudales de los mismos e inundando todas las poblaciones ribereñas, ocasionando impactos ambientales negativos de gran magnitud, porque afectan no solamente a las poblaciones ribereñas sino también a toda la infraestructura física del país, al desarrollo y productividad de la agricultura, de la ganadería y a la economía nacional como un todo.

 

Por otro lado, existe un régimen de sequía natural en el Paraguay, especialmente durante el invierno, el cual afecta la zona norte del país y el Chaco. En estas zonas, las lluvias son insuficientes para satisfacer la demanda evapotranspirativa del clima, no así en el sur y este del país, donde las lluvias sobrepasan dicha demanda y producen un excedente importante de agua que alimentan los cauces hídricos naturales. La sequía es una de las amenazas climáticas que más pérdidas económicas y problemas sociales puede ocasionar a la agricultura, a la ganadería y al transporte fluvial en el Paraguay, especialmente cuando ocurren durante la siembra y el desarrollo de los cultivos de la época estival (entre la primavera y el otoño).

 

Sequías prolongadas también han ocurrido en el Paraguay y están más bien asociadas a “La Niña”, como es el caso de la extrema sequía producida por La Niña 1999-2000, la cual ocasionó cuantiosas pérdidas a todas las actividades económicas del Paraguay.

           

            Los incendios forestales ocurren normalmente durante el invierno (período seco) y están asociados a las sequías, principalmente en el Chaco y en el Norte del país, donde es práctica común realizar quema de campos y de rastrojos de los cultivos estivales, práctica que tiene un impacto ambiental negativo en el suelo superficial y sobre la calidad del aire en todo el país, pues cuando persisten los vientos del cuadrante nordeste (comúnmente en agosto), el aire se recarga de partículas y se vuelve enrarecido, haciendo que la visibilidad disminuya a niveles tan bajos que llega a afectar inclusive a la navegación aérea.       

 

3.2.2. Olas de calor y heladas

 

El fenómeno de las olas de calor asociado a elevados niveles de humedad del aire es una condición meteorológica muy común en el Paraguay, afectando negativamente a la salud de la población y a la productividad de cultivos y animales de cría, así por ejemplo, en diciembre de 1997 se midieron olas de calor con temperaturas nocturnas que no descendieron de los 28 °C y temperaturas máximas diurnas de 37 °C, las cuales estaban siempre acompañadas por una elevada humedad del aire (70-90 %), lo que produjo sensaciones térmicas muy elevadas y desconfortables.

 

Por otra parte, la sucesión de días con temperaturas mínimas por debajo de 10 °C. ocurren normalmente en el invierno, durante los meses de Junio, Julio y Agosto, sin embargo, en años de El Niño prácticamente no ocurren dichas temperaturas bajas.

 

Las heladas ocurren durante los meses de otoño e invierno, en general de mayo a septiembre, con picos en Julio y Agosto, las mismas son ocasionadas por la entrada de masas de aire polar desde el sur del continente sudamericano y representan un alto riesgo de pérdidas para la agricultura y la ganadería.

 

3.2.3. Tormentas, vientos huracanados y tornados

 

Las tormentas severas constituyen la amenaza natural más frecuente y pueden ocurrir en cualquier época del año. La actividad tormentosa se incrementa de manera excepcional en épocas de El Niño, produciendo lluvias intensas, vientos fuertes y severas granizadas.

 

La zona del Alto Paraná se encuentra bajo la influencia de rutas de tornados que han producido cuantiosas pérdidas en algunos años registrados a lo largo de este siglo, fenómeno muy poco estudiado en la región y que carece de alertas para una población en constante aumento.

 

3.3. Evento “El Niño” 1982-83

 

3.3.1. Predicción

 

Este Niño no fue pronosticado y tampoco fue reconocido por los científicos en su estado inicial. Empezó a manifestarse en mayo de 1982 cuando los vientos alisios, que normalmente soplan de este a oeste extendiéndose sobre el océano Pacífico Tropical desde las islas Galápagos hacia Indonesia empezaron a debilitarse. Al oeste de la línea de cambio de fecha, los vientos superficiales cambiaron de dirección, empezando a soplar de oeste a este, dando inicio a un tiempo tormentoso.

 

Seis meses después, en noviembre de 1982, empezó en aquella oportunidad el clima lluvioso, previo a un invierno anormalmente caliente. En aquel entonces en el país se desconocía la relación que une al calentamiento de las aguas de Pacífico ecuatorial y la circulación de la atmósfera en la región. Podría decirse que El Niño 1982-83 fue el toque de alerta entre para entender como un fenómeno oceánico que ocurre tan alejadamente puede impactar en regiones tan lejanas como el Paraguay. Los medios de comunicación social, Diarios, radio, TV, le dan dado en su momento, un destaque muy importante a los efectos climáticos de este El Niño en el Paraguay.

 

Los desastres generados por el Niño 1982-83 quedaron muy marcados en la sociedad paraguaya y principalmente en las ciudades ribereñas de los grandes ríos porque de hecho, este fue “El Niño de las inundaciones históricas” y fue después de 1982-83, cuando quedó bien establecida su estrecha relación con la variabilidad del clima regional.

           

3.3.2. Características meteorológicas del evento

 

El Niño 1982-83 empezó a manifestare con un clima anormalmente caluroso a partir de junio 1982, durante aquel invierno no se registraron heladas, por el contrario, se midieron temperaturas de hasta 35 ºC en el centro y sur del país y de hasta 40 ºC en el Chaco en pleno agosto, esa anormalidad en la temperatura del aire se mantuvo durante todo el año 1982.

 

Lluvias considerables, superiores a 200 mm, se dieron en el norte del país durante marzo 1982, específicamente en la cuenca media del río Paraguay, abarcando los departamentos de Concepción, al norte de San Pedro, Amambay, norte de Presidente Hayes y sureste de Alto Paraguay. El núcleo de máxima precipitación se registró en el oeste del departamento de Boquerón, el observatorio de la Base Aérea Pratts Gill midió 402 mm.

 

            A partir de octubre 1982 se registraron importantes precipitaciones en el este del país, lluvias de 200 a 400 mm se midieron en Alto Paraná, Amambay y Canindeyú, en la capital de este último, Salto del Guairá, se registró 383 mm representando el 200 % de la precipitación normal para el mes. En el resto de país, las anomalías de la precipitación en general fueron negativas, especialmente en el sur de la región oriental y al oeste del Chaco.

 

Noviembre 1982 marca el verdadero inicio de las lluvias de El Niño, las alturas pluviométricas se disparan hacía arriba, superando con facilidad los 300 mm toda la región Oriental con excepción de un sector de los departamentos de Concepción y San Pedro, donde las precipitaciones estuvieron entre 200 y 300 mm. La máxima lluvia mensual se registró en Encarnación con 557 mm, 350 % de la normal, y el siguiente máximo en Ciudad del Este con 538 mm, 300 % de la normal, el sureste del país fue un verdadero diluvio. Con excepción del Oeste del Chaco, en todo el territorio paraguayo se registraron lluvias entre 50 y 250 % de la normal.

 

            En diciembre 1982 las lluvias se concentraron en las zonas de confluencias de los ríos Paraguay y Apa, en el sur del departamento de Alto Paraguay, noroeste de Concepción y noreste de Presidente Hayes con un núcleo superior a 500 mm, 300 % de la normal. En el resto del país, las lluvias fueron normales e inclusive inferiores a la normal en algunos departamentos del sur y sureste de la región  Oriental, como Alto Paraná, Itapúa y Ñeembucú.

 

            Durante enero 1983 las lluvias se concentraron en el noreste de la Región Oriental, en los departamentos de Concepción, Amambay, noreste de San Pedro y noroeste de Presidente Hayes con lluvias superiores a los 200 mm, Canindeyú y Cordillera con lluvias superiores a 300 mm, 250 % de la normal. En el resto del país, sin embargo las precipitaciones fueron normales e inferiores a lo normal tal como aconteció en determinadas localidades del sur del país, en Itapúa sur llovió apenas el 60 % de la normal.

 

            En febrero 1983, se verifican tres núcleos de precipitación, el primero en la zona de confluencia de los ríos Apa y Paraguay con cantidades superiores a los 200 mm, el segundo en Central y bajo Chaco con cantidades superiores a 200 mm y el tercero y el mas importante núcleo en el sur del departamento de Itapúa con lluvias superiores a 400 mm. En general las lluvias estuvieron entre 150 a 300 % de la normal.

 

            Durante marzo 1983, las lluvias continúan concentrándose en el noroeste y norte de la región Oriental y en abril de 1983 fue particularmente lluvioso en todo el país con excepción del Chaco. Los departamentos más lluviosos fueron Paraguarí, Guairá, Misiones, Concepción y Caazapá. El núcleo principal de lluvia se centro sobre Caazapá con 610 mm en abril, 350 % de lo normal. Las lluvias de este mes actuaron como detonante de las grandes e históricas inundaciones registradas entre mayo y junio de ese año.

 

Mayo 1983, vuelve a repetir lo de abril, e incluso más intenso, prácticamente toda la región Oriental experimenta lluvias superiores a los 300 mm, con el núcleo de 500 a 600 mm en el sur de Itapúa. Otro núcleo de 400 a 500 mm se verificó entre Amambay, Canindeyú, sur de Concepción y norte de San Pedro, en el norte del país. En ambos núcleos las lluvias representan de 300 a 400 % de la normal (Fig. 4). Estas lluvias extraordinarias terminaron por modelar la gran inundación de ese año.

 

Una mención especial se merecen las lluvias de estos dos últimos meses, efectivamente, las lluvias acumuladas en la región Oriental del Paraguay durante los meses de abril y mayo del 1983 fueron extraordinarias y totalizaron entre el 50 y 70 % de la lluvia normal del año, y fueron las causales directas de los picos de las crecidas extraordinarias durante 1983 en el sur de Paraguay.

 

            En junio 1983 las lluvias comenzaron a disminuir y solo cabe mencionar las lluvias de casi 200 mm ocurridas en el este de la Región Oriental. En julio, sin embargo, uno de los meses menos lluviosos, se mostró muy lluvioso en todo el país, con excepción del norte del Alto Paraguay; así, en el sureste llovió de 300 a 350 mm, representando entre el 300 y el 400 % de la precipitación normal. Así también, son llamativas las lluvias de 80 a 160 mm. (500 % de la normal) en los departamentos de Boquerón y de Presidente Hayes (centro y sur del Chaco paraguayo), dado que este mes es normalmente seco en esa zona, terminando así en este mes las anormalidades meteorológicas producidas por El Niño 1982-83.

 

En términos generales se puede decir que la lluvia total generada por El Niño 1982-83 durante el período de primavera del 82 a otoño del 83 se incremento entre 80 y 100 % respecto de lo normal. También se midieron anomalías en la temperatura del aire y en la humedad del aire, las cuales presentaron en el invierno y en la primavera del 83 valores más elevados que la normal, así también, los inviernos se volvieron suaves y con un régimen de heladas prácticamente desconocido.

 

Por efecto de las frecuentes lluvias, la humedad del suelo se mantuvo permanentemente muy alta, lo que produjo frecuentes y significativas escorrentías que produjeron inundaciones y pérdidas importantes. En general las máximas inundaciones ocurrieron durante los meses de junio y julio de 1982 en el norte del Paraguay y durante mayo y junio de 1983 en el centro y sur del país, así por ejemplo, el 29 de mayo de 1983 el río Paraguay llegó a un altura máxima de 9,01 m en el puerto de Asunción, marcando su récord histórico y sobrepasando en 1,51 m su nivel de desastre que es 7,50 m, según Tabla 1.

 

            Las inundaciones de 1982 se debieron al exceso de agua en el Pantanal y a las lluvias anormalmente altas de febrero y marzo de ese año en el Chaco paraguayo y en el Pantanal, mientras que las inundaciones de 1983 se debieron a que las altas aguas de finales de 1982 fueron reforzadas por la lluvias de noviembre de 1982 y de enero a mayo del 1983, así como también a las extraordinarias lluvias que ocurrieron de marzo a mayo en la cuenca media del Río Paraguay.

 

Figura 4. Anomalía de la precipitación mensual (%), mayo 1983

           

Figura 5. Vista de la Bahía de Asunción, durante la creciente del siglo, mayo 1983

 

3.4. Evento “El Niño” 1997-98

 

A pesar de que las inundaciones provocadas por El Niño 1997-98, no tuvieron la magnitud de otros eventos anteriores, y especialmente la del evento 1982-83, sin embargo dejó la impresión que fue el Niño del siglo, esto se debió fundamentalmente por las lluvias o mejor dicho el tipo de lluvias generadas por este evento, las tormentas fueron probablemente más intensas que en otras ocasiones, según puede apreciarse en la Tabla 2 y 3, y como podremos ver más adelante, al evento de 1997-98 podríamos denominarle como “El Niño de las lluvias históricas”, y fueron las lluvias y sus consecuentes riadas inmediatas las que causaron gran parte de los daños materiales y sociales en la sociedad paraguaya.

 

3.4.1. Predicción

 

Después de El Niño 1982-83, cuando grandes áreas del sureste del Brasil, noreste de la Argentina y el Paraguay fueron seriamente afectadas por inundaciones de gran magnitud, los medios de comunicación comenzaron a darle mayor importancia a este tipo de eventos, y así durante los años 1986-87 y 1991-92 los medios de comunicación se refirieron permanentemente a El Niño.

 

Las instituciones que primero recibieron información sobre la evolución del fenómeno del pacífico fueron los principales diarios del país, luego la Universidad y el Servicio Meteorológico Nacional, las cuales fueron obtenidas vía Internet y boletines periódicos. La información también fue transmitida por otros medios y los primeros en divulgarlo fueron los medios de comunicación social, periódicos, TV y radios (Fig. 6), los cuales recibían informaciones originadas en las agencias internacionales de noticias y que solo se referían a la inminente ocurrencia de El Niño como fenómeno de calentamiento de las aguas del Océano Pacífico Tropical. A consecuencia de estas noticias, la Dirección de Meteorología e Hidrología, organismo nacional estatal, era requerida frecuentemente por la prensa para corroborar dichas informaciones, la cual también alertó a la población de una alta probabilidad de la proximidad de un período lluvioso prolongado capaz de producir inundaciones de grandes proporciones.

 

 

 

Figura 6. Primer artículo periodístico publicado sobre El Niño 1997-98 por el diario en fecha

 

En torno a la predicción, uno de los pasos regionales más importantes se dio cuando se organizó del 10-12 de diciembre 1997 en Montevideo, Uruguay, el “Primer Foro, Taller y Conferencia sobre El Niño 1997-98”, evento que por primera vez reunía a científicos y profesionales meteorólogos, climatólogos e hidrólogos, para confeccionar un pronóstico climático de consenso para la región comprendida entre 20º y 40º de latitud Sur y al este de la cordillera de los Andes. Este pronóstico de lluvia (Fig. 7), fue el primero regional y de consenso interinstitucional e internacional, sentó las bases para una cooperación regional más estrecha en un futuro inmediato.

 

Participaron de este Primer Foro, expertos de la Universidad de Buenos Aires y del Servicio Meteorológico Nacional de Argentina; el Centro de Predicción de Tempo y Estudos Climáticos (CPTEC), el Sistema Meteorológico de Paraná (SIMEPAR) de Brasil; La Universidad de la República, la Asociación Rural del Uruguay (ARU) y la Dirección de Meteorología de Uruguay; la Universidad Nacional de Asunción, la Dirección de Meteorología e Hidrología y el Ministerio de Agricultura y Ganadería del Paraguay, la National Oceanic and Atmospheric Admistration (NOAA) de Estados Unidos y organizaciones internacionales como el International Institute Research for Climate Prediction (IRI) y el Inter-American Institute for Global Change (IAI).

 

En aquella oportunidad el Pronóstico Climático para las lluvias del trimestre enero-marzo de 1998, indicaba que para la región Oriental del Paraguay y el bajo Chaco las precipitaciones tenían un 45 % de probabilidad de que se comporten por encima de lo normal, mientras que otorgaba un 30 % para precipitaciones normales y 25 % para precipitaciones por debajo de la normal. Este pronóstico fue extremadamente útil desde todo punto de vista, en primer lugar para concienciar a la sociedad de que Pronóstico Climático tenía un interés regional y se hacían los esfuerzos regionales necesarios para convocar a especialistas a realizar la tarea, y en segundo lugar, porque se disponía de una información lo más objetiva posible acerca de la predicción climática para el sudeste de Sudamérica.

 

Desde entonces, y con una frecuencia de 3 meses, ya se han realizado otras 8 reuniones regionales para actualizar el pronóstico a mediano plazo.

 

 

Figura 7. Pronóstico del “Primer Foro, Taller y Conferencia sobre El Niño 1997-98,” diciembre 1997, Montevideo, Uruguay

 

3.4.2. Características meteorológicas del evento

 

En enero 1997 se registraron lluvias de más de 200 mm en toda la región noreste del país, y de 150 a 200 % por encima de la normal en los departamentos de Canindeyú, Amambay, Concepción, Alto Paraguay y Boquerón. Durante febrero de ese mismo año el centro del Chaco vuelve a ser lluvioso, con 200 % de la normal, al igual que Canindeyú, parte de Amambay y San Pedro.

 

            Durante los meses de marzo y abril las lluvias descendieron significativamente, predominando las anomalías negativas en prácticamente todo el territorio con excepción del norte del país, cuando en abril llovió en exceso en zona del pantanal, Brasil, alcanzando hasta un 300 % de la normal al norte del Alto Paraguay.

 

Mayo estuvo cercano a la normalidad, excepto en el centro y oeste del Chaco y este de la región Oriental donde se midieron lluvias del 200 % de la normal. Junio fue lluvioso en el noreste y julio aproximadamente normal. Agosto fue más seco de lo normal en todo el país, especialmente en el Chaco y zona central.

 

            Durante septiembre 1997 empezaron algunas manifestaciones de lluvias importantes, mayores a 200mm en el norte y este de la región Oriental, 200 a 300 % de la normal.

 

            A partir de octubre 1997 comenzaron a arreciar las grandes lluvias, especialmente en el sur del departamento de Itapúa donde se totalizaron lluvias superiores a los 400mm, representando 200 a 300 % de la normal, en Capitán Miranda llovió 510 mm en ese mes. El este y noreste de la región Oriental acumuló lluvias superiores a los 200 mm, también con anomalías positivas. Contrario a la situación del este y sureste de la región Oriental, el centro de la misma región incluyendo a la capital y todo el Chaco experimentaron pocas lluvias. En Asunción la precipitación registrada apenas representó el 30 % de la normal.

 

            En noviembre 1997 las lluvias superiores a los 300 mm se generalizaron en el centro y noreste de la región Oriental abarcando los departamentos Central, San Pedro, Concepción, Amambay y el noreste del departamento de Itapúa. En Asunción llovió 511 mm y en Capitán Meza, Itapúa 570 mm, 330 % y 350 % de la normal para este mes, respectivamente. En Asunción se marcó un récord histórico de lluvia caída en un solo mes en la capital paraguaya y en Concepción con 481 mm ocurre lo mismo. También en noviembre aumentó significativamente la frecuencia de tormentas severas, reflejadas en el incremento de lluvias superiores a los 100mm en 24 horas.

 

            Durante el mes de diciembre continuaron las grandes lluvias, especialmente en el sur del país, en la ciudad de Encarnación se marca un récord para el mes, llovió 535 mm, 330 % de la normal. Durante este mes se registraron tres valores históricos de precipitación diaria; 191 mm en Asunción, 257 mm en Concepción y 268 mm en Encarnación. En todos los casos, estos valores diarios superaron los normales del mes; 140 % en Asunción; 160 % en Concepción y 180 % en Encarnación, de las normales respectivamente.

 

Enero de 1998 estuvo alrededor de lo que puede considerarse normal, las lluvias disminuyeron en todo el país respecto a los meses pasados, observándose anomalías negativas en algunas zonas y positivas en otras, pero sin grandes desviaciones.

 

Febrero 1998 fue extraordinario (Fig. 8), se presentó extremadamente lluvioso en el centro de la región oriental y en el bajo Chaco, se observó un núcleo superior a 800 mm en el sureste del departamento de San Pedro. En la ciudad de San Estanislao, San Pedro, se totalizaron 884 mm de lluvia que representa el 650 % de la lluvia normal del mes y el 60 % de la precipitación total media anual. En el bajo Chaco, en Pozo Colorado se registró 424 mm lo que es equivalente a 400 % de la normal, igualmente lluvioso estuvo Concepción y San Pedro (Fig. 3).

 

Figura 8. Anomalía de la precipitación mensual (%), febrero 1998

 

Marzo 1998 fue el de las lluvias extraordinarias en el Chaco central. En Mariscal Estigarribia llovió 344 mm, el segundo record absoluto para una lluvia mensual en esa localidad, que representa 300 % de la normal del mes. Asimismo, en Mariscal Estigarribia se registró un record histórico de 164 mm de lluvia en tan solo 24 horas., esta tormenta representó el 135 % de la normal del mes y produjo una de las peores inundaciones en la historia en el Chaco central nunca antes vista por lo pobladores de la zona, aproximadamente 3 millones de hectáreas fueron inundadas, equivalente a 3 veces la superficie de soja sembrada anualmente en el Paraguay causando millonarias pérdidas en la agricultura, la ganadería y la producción láctea.

 

En abril 1998 las lluvias volvieron a concentrarse en toda la región oriental, con dos polos lluviosos bien definidos, el primero nuevamente en el departamento de San Pedro, con un núcleo de 502 mm en San Estanislao, y el segundo en el Itapúa, con un núcelo de 550 mm en Capitán Miranda, en ambos casos 350 % de la normal.

  

En mayo registraron bajos niveles de lluvia con excepción de Ciudad del Este donde se registró una ligera anomalía positiva. Durante este mes, junio y julio, las lluvias disminuyen significativamente, predominando las anomalías negativas, en todo el territorio.

 

En agosto se observanron lluvias muy poco usuales en la región Oriental, cuyos valores oscilan entre 200 y 300 mm. Fue muy significativo los 120 mm en Bahía Negra, época de sequía en el norte, y los 380 mm en Ciudad del Este, 500 % y 300 % de la normal, respectivamente.

 

Durante septiembre y octubre 1998 continuaron registrándose algunas lluvias intensas y superiores a 300 mm y sólo a partir de noviembre las lluvias tienden a normalizarse.

 

Resumiendo, las lluvias ocurridas durante El Niño 1997-98, presentaron máximos muy notables en los trimestres octubre, noviembre y diciembre de 1997 y febrero, marzo y abril de 1998. En el primero de los trimestres mencionados, el sur del país totalizó lluvias superiores a 1200 mm lo que representa el 260 % de la lluvia normal esperada para este trimestre. De igual forma, en el noreste de la región Oriental también se superó los 1000 mm en el mismo período. Durante el segundo trimestre lluvioso que corresponde a febrero, marzo y abril de 1998, las mayores lluvias se concentraron en una región ubicada al sureste del departamento de San Pedro, llegando a 1500 mm en su núcleo sobre San Estanislao, equivalente a 400 % de la normal para este período.

 

Posteriormente, resulta muy interesante notar que el trimestre julio, agosto y septiembre de 1998 también registró lluvias de consideración en la región Oriental, con máximos en la zona centro y noreste.

 

Para demostrar el potencial de lluvia que trajo consigo el Niño 1997-98 se muestra en la Tabla 2 los récord de lluvias mensuales acumuladas y el segundo valor en importancia de cinco localidades representativas de diferentes regiones de Paraguay, la Tabla demuestra que en la mayoría de los casos durante el período en cuestión ocurrieron las lluvias más extraordinarias, los valores de 400 a 600 mm o más fueron comunes durante el evento, en muchos casos estas lluvias mensuales llegaron a representar del 40 al 50 % de la precipitación total anual.

 

Tabla 2. Precipitación récord mensual (mm) en algunas localidades del Paraguay

Localidad

Récord absoluto (mm) y fecha

Segundo valor (mm) y fecha

Período

Mariscal Estigarribia

348-Ene 92

344-Mar 98

1940/00

Concepción

486-Feb 98

481-Nov 97

1936/00

Asunción

513-Nov 97

436-Feb 98

1969/00

Ciudad del Este

805-May 05

605-Nov 96

1904/00

Encarnación

614-Feb 59

582-May 83/Oct 54

1938/00

 

Si bien El Niño está asociado a las grandes lluvias acumuladas en determinados períodos de tiempo, tal como lo se mencionó en párrafos anteriores, también se puede ver que El Niño esta asociado a tormentas intensas y de corta duración. En particular se puede mencionar que El Niño 1997-98 produjo una gran cantidad de las tormentas más severas que se han registrado en el Paraguay, tal como se muestra en la Tabla 3, en más del cincuenta por ciento de las localidades han ocurrido las tormentas más severas de su récord climático, por ejemplo: La tormenta máxima histórica en Concepción ocurrió el 13 de diciembre de 1997 con 257 mm, y la segunda de su récord ocurrió el 25 de febrero de 1998 con 242 mm. En Asunción la tormenta récord ocurrió el 22 de diciembre 1997 cuando llovió 191 mm Estas son tormentas tan extraordinarias como la ocurrida en Encarnación el 29 de diciembre de 1997 que dejo 268 mm en ese día. Estas tormentas han ocasionado inundaciones locales históricas y de efectos muy dañinos, incluso con pérdida de vidas humanas.

 

Tabla 3. Lluvias diarias máximas ocurridas en el Paraguay, período 1937-98

Estación

Meteorológica

Fecha de la 1ª lluvia récord

Lluvia

(mm)

Fecha de la 2ª lluvia récord

Lluvia (mm)

Concepción

13-12-97

256,8

25-02-98

242,4

San Estanislao

26-02-92

210,0

04-02-98

190,3

Villarrica

05-11-94

180,0

25-11-91

156,0

Capitán Meza

23-04-83

126,0

25-11-91

112,1

Encarnación

29-12-97

268,0

09-10-97

193,4

San Juan Bautista

20-02-87

188,4

02-01-98

183,5

Ciudad del Este

20-05-97

213,8

13-05-98

182,8

Asunción

22-12-97

190,8

14-11-96

141,4

Pilar

16-10-76

183,5

28-03-50

181,3

Pedro J. Caballero

30-10-69

151,0

28-12-98

132,0

Salto del Guairá

20-05-83

200,0

02-03-83

174,5

Pozo Colorado

04-02-76

160,0

23-11-85

130,0

Bahía Negra

20-04-37

179,0

20-03-92

144,1

Puerto Casado

05-11-43

210,0

20-03-41

144,1

Adrián Jara

03-09-86

123,0

10-01-78

105,0

Prats Gill

31-12-98

170,0

20-03-95

149,1

Mcal. Estigarribia

22-03-98

164,0

20-03-95

150,4

 

3.5. El Niño 1997-98 versus El Niño 1982-83

 

A la hora de hacer comparaciones, se pudo encontrar que estos Niños han tenido muchas cosas en común, en primer lugar la primera característica de estos eventos fue el clima lluvioso, las lluvias registradas durante 1997-98, fueron aproximadamente similares a las registradas durante 1982-83, con sus matices característicos en cada caso, algo inferiores en el norte del país durante 1997-98 y superiores en el centro y sur del Paraguay este último Niño. Se pudo notar que si bien las lluvias son del mismo orden, los núcleos de máxima intensidad estuvieron desplazados y este hecho fue fundamental para el pico de las crecidas de los ríos.

 

En Asunción por ejemplo, el evento de 1997-98 produjo claramente mayores precipitaciones que durante el evento 1982-83, siendo particularmente extraordinarias las ocurridas en noviembre y diciembre del 1997 y en febrero del 1998 que han marcado verdaderos récord.

 

Sin embrago, en el sur no se pudo apreciar grandes diferencias entre las lluvias, los registros pluviométricos de Encarnación durante el evento 1997-98 indican un comportamiento muy similar al evento 1982-83, con algunas variaciones en su distribución mensual pero no en el total (Fig. 9).  

 

Cuando aparecieron las primeras noticias acerca de la probable magnitud del El Niño 1997-98, este fue inmediatamente comparado con el evento El Niño 1982-83, por el simple hecho que éste marco un hito muy especial en la correlación de desastres naturales de origen climático al nivel nacional y un evento de escala mundial como lo es El Niño. Cuando se hace referencia a un Niño de proporciones mayúsculas, inmediatamente se hace referencia al evento 1982-83.

 

En la medida  que se iban desarrollando los acontecimientos climáticos durante el año 1997, se perfilaba la ocurrencia de un Niño fuerte para el período 1997-98, e insistentemente todo indicaba a comparar el Niño que se aproximaba a El Niño registrado durante los años 1982-83. Esto se fue confirmando con el correr del tiempo y las inundaciones que se pronosticaban tomaban como base de comparación a las grandes inundaciones de 1982-83 donde se produjeron las inundaciones récord.

 

Figura 9. Lluvias mensuales en Asunción en diferentes períodos

 

Figura 10. Lluvias mensuales en Encarnación en diferentes períodos

 

Como magnitud del desastre se puede mencionar que durante El Niño 1982-83, el Río Paraguay llegó a superar el nivel de Desastre en toda su ribera, y como caso grave, en Pilar el río se mantuvo por encima del Nivel de Emergencia durante 419 días y por encima de Nivel de Desastre durante 197 días.

 

Las inundaciones de 1997-98 fueron, afortunadamente, inferiores a las de 1982-83, esto se debió a la desigual distribución espacial y temporal de las lluvias en cuencas hidrográficas claves, por ejemplo: las lluvias entre mediados y finales de otoño del 1998 fueron superadas por las lluvias ocurridas en el mismo periodo del 1983, siendo esta una etapa clave para el pico de la creciente. Si bien las lluvias totales de ambos Niños fueron aproximadamente similares, considerando el tiempo que afecta El Niño (Octubre a Mayo), la concentración extemporánea de las lluvias hizo que durante El Niño 1997-98 no se concretarán las inundaciones históricas ocurridas anteriormente.

 

Las inundaciones ocurridas en el 98 no igualaron a las del 83, consideradas estas como las más graves del siglo XX.

           

Desde el punto de vista periodístico, la información de que se pronosticaba un evento fuerte se escuchó por primera vez en el Paraguay a principios de 1997, quizás entre Marzo y Abril. Desde el punto de vista científico y en la misma época, la DMH considera la fuente fue los Pronósticos de la NOAA, a partir de ese momento toma en consideración la probabilidad de un evento fuerte. (Mencionar el boletín de la NOAA que hable por primera vez de un evento fuerte.)

 

La recepción de las primeras informaciones sobre “El Niño” por los medios periodísticos no fue la más apropiada porque en general los impactos pueden estar referidos a los esperados en otros sitios o en los sitios de la fuente de la información y por otra parte no se conoce como dichos impactos se producirán localmente. Es indudable que este mecanismo de difusión de información puede ser muy deficiente y no es recomendable sin la participación de una autoridad local en el tema.